Las cintas autoadhesivas y precintos industriales nos sitúan ante elementos domésticos, banales y desechables, sin capacidad por sí mismos de expresión plástica.
En Cartografía interior, estos materiales ajenos a la práctica artística, cuyas características físicas, en principio, se alejan de cualquier finalidad estética se convierten en el elemento pictórico y compositivo necesario, además de herramienta de creación plástica imprescindible.
Mediante el rendimiento plástico que se extrae de sus características físicas; diferentes grados de transparencia, adhesión directa a diferentes soportes, constante y reconocible tamaño, entre otros, permite que se utilice como elemento único del collage. Además, junto a las diferentes rugosidades de sus soportes, se obtienen diferentes registros mediante la estampación calcográfica. Por tanto, este recurso de nuestro entorno, sacado de su función y uso habitual ha sido llevado al soporte de la pintura, donde se le ha dado el tratamiento de material artístico.
Transformar un objeto de uso cotidiano en eje y medida de nuestra creación personal, nos lleva a pensar que podemos observar los elementos de nuestro entorno de maneras muy distintas y asignarles lecturas diferentes.
Cualquier elemento, en manos del artista, adquiere otras dimensiones y puede convertirse en la herramienta necesaria que le permite mostrarse ante los demás y comunicar sus inquietudes y sentimientos.
En Cartografía interior, las cintas autoadhesivas ya no son sólo cintas, son retales reparadores capaces de construir figuras transparentes que permiten ver el interior del cuerpo femenino lleno de vida y color. También son texturas, marcas, cicatrices del paso del tiempo que construyen la piel de las mujeres, su tacto. En algunos momentos son los fragmentos olvidados de las paredes donde antes se adherían los mensajes anónimos y que ahora se rescatan para recuperarlos y reunirlos en el papel, como una suerte de testimonio.
Una vez ha tenido lugar el encuentro con el material, la elección del mismo además, puede estar motivada por una identificación profunda inconsciente con el elemento. Al hecho de añadir aspectos de la realidad a la obra, y posteriormente alterarla y procesarla, se une el interés por los fragmentos desprendidos, el instante congelado, lo efímero y la búsqueda de la representación de la naturaleza interior humana y su color.
La condición de fragilidad y al mismo tiempo la cualidad de fragmento reparador y contundente que posee el material permite abordar estos aspectos.
En el contexto artístico en el que nos encontramos, existe una gran variedad de medios, técnicas y herramientas tanto tecnológicas como manuales, por tanto, la hibridación y combinación de las técnicas y procedimientos artísticos experimentales se convierte en el modo perfecto de expresar exactamente aquello que se desea.
El uso de diferentes técnicas mixtas, en coexistencia con el color y la imagen transferida arropan la propuesta artística de tratar este material como un elemento pictórico más, en convivencia con diferentes procedimientos y una poética personal marcada.
La cinta adhesiva tiene un acabado basto que se imprime como una textura moteada o estriada.
Las cintas más finas y suaves permiten que la tinta se imprima de forma más pareja.
Los bordes se imprimen como líneas claras u oscuras, dependiendo del grosor de la cinta.
J. Martin, Enciclopedia de técnicas de impresión.
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